Seminarios anteriores


Un espacio de enseñanza e investigación: El Seminario



Lo que los niños dicen
Las experiencias del CIEN 2015

Hablamos, en su momento, del niño como sujeto; más tarde, de la palabra del niño; luego, del cuerpo de los niños. Proponemos ahora ocuparnos de su decir.
Hay una lógica en esa secuencia, avanzando sobre aquello de lo que se trata cuando nos proponemos "leer" en lo que oímos de boca de un niño. Se trata de su acto de tomar la palabra. Pero localizar un acto no es cosa fácil y su desvío está a la mano.
¿Qué decimos cuando hablamos –más allá de lo que queda enunciado? Los seres parlantes tejemos una extraña yunta al hablar, produciendo goce, que no sería posible sin un cuerpo.
Ahora bien, las vías discursivas actuales en torno al niño aparecen embrolladas en una aspiración de homogenización, apelando a la medicalización, al etiquetaje, a la segregación, con pretensiones de intervenir en su decir actuando sobre porciones de cuerpo. Esto desorienta y extravía. A los profesionales que se ocupan de estar y escuchar a los niños y a los niños mismos.
Interrogaremos estos modos de tratar el decir del niño con herramientas diferentes: la conversación en el trabajo de campo y la reflexión con otros que escarban, día a día, otros modos de que-hacer.



Afectos Alterados
Seminario 2014

Asistimos hoy en día a transformaciones que involucran el tratamiento de los cuerpos, interrogan el borde entre lo real y lo virtual y mutan los lazos, de modos impensables pocos años atrás. Esta ineludible invitación a trabajar el asunto en el marco de nuestro seminario 2014 del CIEN llevó por título: AFECTOS ALTERADOS.
Transformaciones, alteraciones que ponen en cruce un orden, el de los afectos, que Lacan ubica en una serie a partir de la angustia, por una parte, y la turbación, el impedimento, el embarazo en su pasaje por el cuerpo, por otro.
Aburrimiento, tristeza, excitación maníaca, van recorriendo para Lacan[1] los afectos que vienen a un cuerpo, poniendo al afecto en aquello que no puede terminar de encontrar alojamiento, ubica así el afecto como desacuerdo.
Cabe interrogar porqué pensar los afectos como alterados, cuando pareciera que ellos mismos son los que alteran la homeostasis de un cuerpo, son ellos los que en virtud de su presencia ponen en juego el valor de un despertar en tensión, las pasiones.
Lo cotidiano como exhibición, donde todo se sostiene en la imagen, para ser visto, y pre-visto. Mediante el control, las evaluaciones y la aplicación de tecnologías se promueve un modelo de salud y de bienestar en base a la seguridad de la población que sostiene el para-todos, y se traduce en tratamientos propuestos como rápidos y eficaces, basados en la utilización de psicofármacos. Ya no se busca curar, sino corregir las conductas. El psicoanálisis rescata lo contingente de la existencia, defendiendo el sinsentido y la singularidad, frente a la universalidad. Es el psicoanálisis quien continúa sosteniendo el valor de lo inasimilable de la vida de cada uno, un encuentro con el más allá de lo inalterable, y que habilita la apertura de un margen a la invención de cada uno, a partir del síntoma. Inauguró el recorrido la conversación sobre los modos de presentación que el imaginario cotidiano de la publicidad, da a los cuerpos. Así, nos servimos de las publicidades de “Mamá Luchetti” para introducirnos en la prefiguración de la vida y la experiencia de lo inasimilable
A partir de allí, nos dejamos orientar por las perspectivas trazadas durante la Jornada Internacional del CIEN del 2013, con el comentario de las Crónicas que Daniel Roy ha publicado a través del Lacan Quotidien. Oportunidad para indagar de qué manera los chicos y los llamados adultos se desembrollan, en un mundo donde la infancia como categoría ya no protege al niño. “Hoy en día, tenemos, por un lado, los derechos del niño y, por el otro, niños librados – como todos nosotros – a las leyes del mercado, a los slogans y a los gadgets.”
Sostenidos en las enseñanzas del Seminario X – La Angustia -, continuamos con el debate de dos trabajos -publicados en la revista EL NIÑO 13-, que proponen pensar cómo a los adultos encargados de dos grupos diferentes- uno de niños y el otro de adolescentes -, les  fue posible soportar un momento de vacilación frente a una decisión que, como tal, no tenía garantía en el Otro.  
Llegó el mes de septiembre, y el camino recorrido se abrió paso a examinar los efectos que tiene el Discurso Jurídico,  tanto sobre nuestras prácticas con "niñas, niños y adolescentes", como sobre los propios chicos a quienes se busca proteger o disciplinar, según convenga al proceso en cuestión. El apuro en responder a los plazos procesales, el "para todos de la Ley", la exigencia de pruebas positivas, la proliferación de saberes expertos, La Convención de los Derechos del Niño, la superposición entre Saber y Verdad, ya han ocupado en más de una oportunidad nuestras investigaciones.
Advertimos entonces que Lacan, en el Seminario XX, formula la esencia del derecho: distribuir lo que toca al goce. Una de las afectaciones posibles del niño por el discurso jurídico es la institucionalización de aquellos que por diversas razones no pueden vivir con sus familias. Las adopciones, uno de los destinos posibles, no el único, ponen de manifiesto los impasses del derecho en esta función reguladora del goce. Entre el derecho del niño y el derecho al niño, las instituciones se mueven en un espectro amplio que va del sostén a ultranza del lazo sanguíneo a un familiarismo delirante que apura una adopción sin tener en cuenta que hay  un intervalo irreductible entre la demanda de los adoptantes y  la manera en que el niño se inscribirá como sujeto “adoptado”.
El trabajo nos invitó a esta altura del Seminario, a plantear el problema clínico de aquellos niños y adolescentes que no pueden incluirse entre sus semejantes, que quedan por fuera con diversos tipos de consecuencias, desde leves a graves. O que  son objeto de aquello que hoy se llama “bullying” o “acoso escolar” ¿Cómo ayudar a un sujeto a ser uno entre otros? ¿Cómo ayudar a un grupo a tratar el odio que lo habita?

Concluimos así nuestro Seminario Afectos Alterados con un cálido brindis. Y claro, los invitamos a compartir un nuevo año de trabajo!



¡Hola, mundo cruel! Estudios sobre la crueldad
Seminario 2013

El título parodia el de un viejo tema que sonaba allá por los 60’ –Adiós, mundo cruel- donde el intérprete se despedía, con cierta ironía, de este mundo de sinsabores.
La propuesta para el Seminario del CIEN de 2013, consistió en un estudio sobre la crueldad -que vemos emerger como figura de lo contemporáneo.
La crueldad puede participar del genitivo-objetivo con el que hemos explorado la curiosidad infantil: del niño hacia el otro y del otro hacia el niño.
Hay en cierto modo una relación antinómica entre la curiosidad y la crueldad, puesto que la curiosidad se define por el interés en aquello de lo que se ocupa y la crueldad se impone cuando su objeto se vuelve indiferente al sujeto y se lo escudriña con saña y sin consideración. En Psiquiatría se considera a la crueldad como signo de posible conducta asocial. En el campo de la infancia, vimos emerger la noción de “bullying” como forma contemporánea de etiquetar el hostigamiento de unos niños hacia otros.
Pero la crueldad va hoy en día más allá de un rasgo de conducta individual; se vuelve emergente de una forma de lazo que se desinteresa del lazo y del saber. No tiene más fin que causar dolor y sufrimiento porque sí. Insensato, absurdo, muestra la indiferencia hacia el otro, que destacamos. Y trae consecuencias y nuevas respuestas que vamos a explorar.

Responsables del Seminario: Marita Manzotti y Hernán Vilar
Seminario del CIEN: Beatriz Udenio, Marita Manzotti, Hernán Vilar, Elena Nicoletti, Daniela Teggi, Graciela Chester, Juan Mitre.


La curiosidad del niño
Seminario 2012

Y llegó el 2012. Una vez más, el mes de marzo alojó el inicio del Seminario y su invitación a desplegar e intercambiar respecto del estado de situación de la curiosidad del niño y sus invenciones, poniendo el acento en la particularidad del discurso actual. Si la ciencia actual –dice Marita Manzotti- permite intervenir de manera inédita sobre la realidad, si con las biotecnologías contemporáneas se puede incidir sobre los cuerpos y la procreación, si el desciframiento del genoma pone en cuestión la existencia de la humanidad tal como la conocemos... ¿De qué manera se pone en juego la dimensión de las incertidumbres a las que se confrontan los niños? ¿Qué caminos toma la curiosidad, la investigación infantil?
Si la ciencia modela la realidad con sus desarrollos biotecnológicos, y el discurso introduce una creencia absoluta y sin límites en ella para introducir la prevención y la seguridad ¿qué consecuencias conlleva en la mirada sobre el niño? ¿Qué efectos y operaciones se despliegan sobre él?
 
Responsables del Seminario: Marita Manzotti y Hernán Vilar
Seminario del CIEN: Beatriz Udenio, Marita Manzotti, Hernán Vilar, Elena Nicoletti, Daniela Teggi, Graciela Chester, Juan Mitre.



El cuerpo de los niños
Seminarios 2010 – 2011

En 1989, se firmó la Convención por los Derechos del Niño, ocasión en que a nivel mundial se decidió que los niños y niñas menores de 18 años precisan de cuidados y protección especiales, que los adultos no necesitan. Apuntaba, además, a que se reconociera que los niños y niñas tenían también derechos (¡humanos!)
En el marco del CIEN, hemos recorrido una y otra vez los principios de esta carta, deteniéndonos, sobre todo, en precisiones sobre su aplicabilidad efectiva. La Convención funda, con todas las letras, el derecho a la vida, la supervivencia y desarrollo, como así también que se resguarde a niños y niñas de los malos tratos y la explotación.
Una vez más, siguiendo nuestro estilo de investigación, quisimos confrontar ciertas formas paradojales surgidas de la sociedad contemporánea, que hacen que ese derecho inalienable –el de detenerse ante el goce de aniquilar, herir, explotar al otro– encuentren en el campo de la infancia y de la adolescencia, formas de franqueamiento notorias.
Iniciamos el 2010 considerando que si, en estos tiempos, el cuerpo del otro se ha vuelto superfluo, los niños, con sus cuerpos, son también la franja más vulnerable al respecto. No solamente por los indicadores del incremento mundial del abuso infantil, la pedofilia, la pornografía infantil, el trabajo infantil, o la llamada “violencia doméstica”, sino también por las formas aparentemente “naturalizadas” de falta de cuidado, allí donde parece que se los ama, o se los espera con deseo, o se los cuida. Podemos situar el hecho de que en el interior mismo de lo familiar o de los lugares donde se los acoge y cuida, en muchas ocasiones no se deposita la mirada necesaria –porque la mirada está muy atraída por otras cosas que la época ofrece– y los niños, y sus cuerpos, resultan, finalmente, des-investidos.
Con este marco, los niños y los adolescentes -que ya por el hecho de ser seres hablantes tienen que afrontar el malestar y el desorden pulsional que los habita y sacude sus cuerpos- responden, con las herramientas que pueden, ante esto.
A partir de su comienzo, en marzo del 2010, el Seminario “El cuerpo de los niños” nos acompañaría durante dos años. La propuesta: explorar, con los profesionales con los que hacemos interlocución, las formas de respuesta que podemos detectar ante lo que afecta a los niños y adolescentes, sin saber qué hacer con sus cuerpos: movimiento, inquietud, marcas en el cuerpo, heridas, huidas, aislamiento. Testimonian del desarraigo, de la inseguridad que experimentan –es una buena ocasión para dar otros sentidos posibles a este término.
Seguimos así una secuencia en relación con los seminarios de años anteriores: la caducidad de ciertas formas de referencia que no impacta solo sobre las identidades y nominaciones, sino que se expresa con efectos sobre los cuerpos.
En esta nueva trama, el recorrido se inauguró junto a Michel Foucault en torno a la práctica del “cuidado”. Al tiempo que asistimos a la emergencia de los cuerpos una pregunta precisa se torna necesaria: ¿Qué se cuida hoy? ¿Qué valor adquiere el cuidado en cada sociedad y en cada época?
Cuando advertimos ciertos efectos de la sociedad contemporánea interrogamos el empuje a la violencia, y cuestionamos adónde lleva la civilización el respeto de los cuerpos. El cuerpo de los niños se presenta en este contexto como lugar de respuesta, sumamente ruidosa y sin velo.
Cada época conlleva una singular noción del tiempo y del espacio. Transitamos así por el “vértigo inmóvil” a que invita esta época, vértigo en que la virtualidad -cada vez más animada- exige como condición un cuerpo sosegado. Empuje al inhumanismo, a los cuerpos perfeccionados por la ciencia, e incluso sustituidos por ella ¿Qué consecuencias acarrea en el cuerpo de los niños?
El mes de octubre de ese año nos encontró recorriendo los discursos de la historia, la sociología de la infancia y las presentaciones actuales de los cuerpos de los niños, para situar desde allí algunas coordenadas ante las transformaciones vertiginosas a las que asistimos ¿Qué nos dice hoy el cuerpo del niño? Concluimos el año de la mano de la historiadora Arlette Farge, con quien nos sumergimos en la concepción de los cuerpos como resistencia al poder: el cuerpo resiste y se expresa.

La pregunta fue relanzada en el 2011. Beatriz Udenio tomó la palabra en la clase inaugural para interrogar el deslizamiento del  cuidado al cuidado extremo, en el campo de la salud, en pos de un diagnóstico presuntivo para preservar –prevenir- la categoría de la “normalidad”. 
Marita Manzotti invitó a pensar de qué manera el empuje y el exceso inciden en los modos de articular la relación con lo imposible y el cuerpo. A partir de los desarrollos de Foucault en “El cuidado de sí y los otros” recorrimos los modos en que, las diferentes prácticas que se ocupan del niño, proceden a sostener lo que los griegos consideraban como la articulación del cuidado con el conocimiento de sí. Nos interrogamos por los márgenes que quedan del lado del “niño preservado” de la contingencia, de las frustraciones, de los límites para cuidar, acompañar. Y del lado de los adultos, padres o tutores evidenciamos sus vacilaciones a la hora de ejercer el cuidado,  asechados por la necesidad cotidiana de consultar a los expertos.
El texto de Jorge Alemán “Encrucijadas de la Moral” nos orientó respecto de los modos actuales de tratar los cuerpos de los niños. Tomamos dos viñetas de uno de los laboratorios, intituladas: El ruido de los cuerpos. Seguimos el surgimiento de nuevas hipótesis respecto a los modos en los que los niños se las arreglan y resisten al rechazo del  sujeto producto del discurso de la época.
 Ya en julio, con Hernán Vilar, nos servimos de un texto de Michel Foucault de reciente aparición: “El cuerpo utópico” que postula: “el cuerpo es lo contrario de una utopía”, para seguir hilvanando los interrogantes que el seminario nos plantea. La clase introdujo referencias respecto de la ciencia y su apetito de eliminar la falla, el síntoma, el tropiezo y todas las versiones de lo imposible. La referencia al arte también estuvo presente, con la película "I´m a Cyborg, but that´s ok"  -de la cual hemos publicado un extracto en el blog-  y nos invitó a seguir pensando acerca del post humanismo y sus consecuencias en la relación con el cuerpo. Tomamos la frase con la que Foucault termina su conferencia: “pero finalmente el cuerpo, visible e invisible, penetrable y opaco, resulta ser el actor principal de toda utopía y sólo calla ante el espejo, ante el cadáver o ante el amor”
¿Cuál es nuestra posición ética en relación a estos discursos? En una época atravesada por la fragilidad de lo simbólico, donde los hechos se suceden a la velocidad de la luz, en un continuo en el que predomina el anonimato de los universales, los protocolos y donde la responsabilidad subjetiva se ve forcluída ¿Cuál es el impacto en los cuerpos de los niños y adolescentes? ¿Cómo pensar sus consecuencias? Preguntas sostenidas por Daniela Teggi en los intertextos con Franco Rella, filósofo y profesor de estética, encontramos que “el cuerpo es al mismo tiempo el límite y lo que lo excede, el confín y lo que esta mas allá, una feroz presencia, errática”. Por su parte, P. Valery en sus Cuadernos refiere: "... Nada es más extraño que nuestro cuerpo, que es una figura extravagante, llena de formas extravagantes, que casi siempre nos resultan incomprensibles…”
La propuesta, se relanzaba con la invitación a leer en los diferentes modos de presentación de los niños, sus respuestas e invenciones, y recorrer las nociones de límite y exceso. Bordear el cuerpo como límite y superación del mismo. Nos acompañó en este recorrido el texto “La parte maldita” de Bataille, donde ubica la paradoja del exceso, el hecho de que al máximo de exuberancia productiva corresponde siempre el máximo de pérdida.
Una nueva oferta, dedicar un tiempo a los adolescentes de hoy. Beatriz Udenio propuso detenernos en los efectos surgidos de una degradación más o menos generalizada del valor de la palabra (v.g., la palabra empeñada, la palabra de amor, la palabra escrita, la palabra oral) que se acompaña de formas de respuesta variadas que, en muchos casos, se reflejan de modo sorprendente en el cuerpo de estos jóvenes. Tribus urbanas, redes sociales, marcas en el cuerpo (tatuajes, peircing, cortes), constituyen algunos de los modos actuales de vinculación y de respuesta de los adolescentes, que deben ser considerados de modo siempre único, singular, para cada adolescente en particular.
Estas marcas no solo tocan a los jóvenes, sino que también impactan en los adultos que se relacionan con aquellos en distintos ámbitos – padres, maestros, profesionales de la salud, otros. De allí el interés -que es ético- respecto de cómo acercarnos, acompañar e intervenir sobre estas formas de respuesta.
Bordeando algunas respuestas respecto de cómo se configura la relación entre los cuerpos y la palabra, Juan Mitre presentó un trabajo del Laboratorio del CIEN que tiene a su cargo, con una experiencia de conversación con adolescentes de escuela secundaria.
El cierre de un año de mucho trabajo, hizo lugar a la Proyección y debate del documental "Niños en Constitución", realizado por Melina Caniggia y Mariana Luján Castro. Con la presencia de algunos participantes del documental, el concurrido encuentro y la conversación animaron largamente la noche. El brindis invitó al próximo Seminario que, tras las vacaciones, abriría las puertas a un nuevo tema de trabajo: “La curiosidad del niño”.


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